Millones de personas en África dependen de lámparas de queroseno y velas para iluminar sus hogares; y quemar madera en fogatas abiertas para cocinar y calentar agua. Esto es peligroso, nocivo, contaminante y costoso. Las baterías se usan ampliamente para alimentar radios y las personas a menudo deben viajar millas para cargar sus teléfonos móviles.

Actualmente estamos trabajando con agencias para desarrollar mercados para productos solares (pequeñas lámparas solares o sistemas fotovoltaicos), estufas eficientes y combustibles más limpios.

En Uganda, hemos incentivado a nuestras agencias para que sirvan mejor a las comunidades de refugiados. Han proporcionado más de 1500 sistemas de energía solar en los últimos 12 meses, ayudando a brindar comodidad a la vida de las personas.

Para garantizar que las personas más pobres y vulnerables no se queden atrás, también colaboramos con los donantes para crear soluciones más asequibles y sostenibles.

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